La sociedad me cercó en uno de sus extremos al haber nacido mujer. De ahí, colocada en el centro de un montón de expectativas que no son idénticas a las medievales porque han mutado, incluso se han disfrazado de «preferencias»,  de libertad. Y cuando me refiero a mi, me refiero a un montón. Vamos dispersas sin mirarnos casi, sin reconocernos en la otra, con nuestras cadenas adornadas de flores, con nuestras luchas, pero sin hermanas, de hecho vamos siempre con algo que podríamos quitarnos de encima.

Biopolíticamente asignada mujer, nacida a final del siglo XX me sonrío cada vez que adrede o sin notarlo fracaso con las expectativas impuestas. Y es que  en este contexto histórico-geográfico y social no está nada mal la libertad, siempre y cuando una se comporte como una dama… Es aquí donde ,en mi opinión, nos caga fuerte el justo punto medio, que es el lugar de la dama, de la mujer prudente, muy fuerte y muy libre, pero prudente. Aristóteles hablaba del justo punto medio, esa era la virtud. Lo que a mi me parece es que cuando el hombre se diagnostica y se establece como productor de conocimientos y ordenador de las cosas,  (con todos lo matices de sometimiento y poder que caben) le concede a la mujer la superioridad moral, obvio por ser madre y cuidadora abnegada, y guarda para sí la superioridad intelectual y creativa. Aunque eso de «superioridad moral» parece alguna cosa buena, no lo es, pues, fuera del punto medio cualquier cosa es exageración o extremismo. Es ese puto medio que construye lo que  es «la dama» como sinónimo de mujer,  un paso afuera de este cerco y la sanción moral (ajena o propia) era más que lo propio

Por suerte hubo siempre quienes, rechazaron la prudencia y el ser una dama. Escogieron la rebeldía, la libertad y la alegría.

«Siéntate como una señorita» «trágate el enojo» «no seas grosera» «habla bajo» «sonríe» «aprende a escuchar» «come poco» «que no te vean» «estás hablando como hombre» «se prudente» «ese no es asunto de mujeres» «eso es egoísta» «no bailes» «tu hermano tiene prioridad»

Lo primero es ignorar y mandar a la mierda tanto imperativo, lo que sigue es vernos a las caras, aliarnos y destruir el patriarcado

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